Ojalá que algún día,
en la mañana al despertar
haya cambiado un poco el mundo
y una sorpresa nos pueda dar.
Que no haya odio ni guerra
que no exista llando y maldad
que en el pasado esté olvidado
lo que a tantos pudo matar.
Y que al abrir las cortianas
mientras veamos el sol
descubramos un mundo
con un nuevo resplandor.
Que las aves vuelen,
que los niños jueguen
que no se tenga miendo
a escuchar el cañón.
Que los cantos alegres,
de quienes se quieren,
nos abran las puertas
de la liberación.
Y entre tantas sonrisas,
seamos testigos
del día esperado
que alfín llegó
Este nuevo despertar,
lleno de amor y paz
nos abrirá las puertas
de una nueva realidad.
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