Cenizas y sal

Quitosé de la nada el velo,  y de pronto todo cambió.

Las sonrisas de amores lejanos, las caricias de una ilusión que no fue,

los murmullos de miedos tempranos, todo aquello (que en teoría) quedó en el ayer.

Surgió de pronto una sombra lejana que hizo al presente desvanecer,

de lo oscuro emergió un recuerdo y me erizó del todo la piel,

al sentir el vibrar de tu cuerpo, viajé en el tiempo hacia el ayer...

Las miradas, los afectos, los besos y los miedos;

las caricias, los susurros, los desvelos,

los sueños, los encantos, los desaciertos…

Detrás de los murmullos de voces del pasado,

sentí una caricia profunda con aire de futuro,
de un "algo" incierto que no sé si querer...

Si el silencio hubiese roto la noche
y las caricias por vieran al mar,
no estaría el murmullo cantando, ni las hojas volando hacia atrás.

Torbellinos de sueños y viento,
tempestades de ayer y mezcal  

Es el camino el que cambia las cumbres,
son las caricias del pasado las que impiden amar.

Detrás de la sombra de haber amado tanto,
detrás de las miradas perdidas y los miedos encontrados,
de aquello que otrora fue lo ideal,
han quedado esparcidas las cenizas y sal.

Me roza la piel y se estremece el alma,
susurra en mi oido y despierta la voz interior,
abraza mi cuerpo y deja abierta la jaula,
la luna llena ha entrado en acción...

Puedo olvidar por un momento el letargo,
dejar de lado la expectativa del ser
y en el aroma que desprende el desvelo,
sentir que esto debía de suceder.

No encontrando ni día ni noche,
olvidando aquello que fue,
dejó caer ayer la armadura que cubría su alma,
recobró su espacio, su cuerpo, y su ser.

Detrás de la sombra de haber amado tanto,
detrás de las miradas perdidas y los miedos encontrados,
de aquello que otrora fue lo ideal,
han quedado esparcidas las cenizas y sal.