Siento los recuerdos cual si fueran espinas
que se clavan desde lejos, en mi alma marchita
y en la sombra del desvelo la eterna noche vigila
es la costumbre un ave cruel que me hipnotiza.
Miro el reloj y han pasado dos segundos,
la garganta se me cierra y el mundo me da vueltas
reviso en el espejo algo falta, algo sobra...
me duele la cabeza y siento que me ahogas.
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